La manteca de cacao a menudo se considera un ingrediente milagroso para la piel, pero ¿cuáles son sus reales beneficios reales para el cuidado de la piel?
¿Qué es la manteca de cacao y cómo se desarrolla?
Como su nombre indica, la manteca de cacao se deriva del grano de cacao. Estos se cosechan, se tuestan y se muelen después de retirar sus conchas, antes de tamizarlos y colarlos. Esto deja un polvo fino (sólidos de cacao) y un líquido aceitoso, que se enfría y se endurece para convertirse en la manteca de cacao que conocemos ¡y amamos!.
Adorado por los expertos en cuidado de la piel por sus propiedades hidratantes, nutritivas y protectoras, la manteca de cacao se puede encontrar en todo, desde bálsamos y barras de labios hasta mantequilla corporal. También es un ingrediente clave en el chocolate, cuyos altos niveles de polifenoles (un tipo de antioxidante) se han relacionado con una variedad de beneficios para la salud mundial.
Beneficios para la piel de la manteca de cacao: verdadero o falso.
Se ha sugerido que los productos a base de cacao mejoran positivamente la salud de la piel. Los estudios iniciales que examinaron el consumo de compuestos bioactivos de cacao, como los polifenoles y las metilxantinas, han sugerido un vínculo con la reducción del estrés oxidativo. Curiosamente, los estudios también han encontrado que otro derivado del cacao en grano, el aceite de coco, puede bloquear hasta el 20% de los rayos UV, aunque no hace falta decir que no es un sustituto para un SPF de cobertura total.
La manteca de cacao también tiene la reputación de ayudar a reducir la aparición de estrías, especialmente durante el embarazo. Sin embargo, aunque muchas mujeres embarazadas consideran que la manteca de cacao es un hidratante eficaz para la piel, los estudios clínicos no han encontrado pruebas concretas que sugieran una reducción en la aparición de estrías después de la aplicación de productos de manteca de cacao.
Dicho esto, la manteca de cacao goza de una reputación como uno de los mejores humectantes para la piel en el mercado. Su rica textura y alta concentración de ácido oleico (un ácido graso) lo convierten en un popular humectante para el cuerpo. Por lo general, se puede encontrar en una variedad de texturas, desde un líquido cremoso hasta un bálsamo ceroso.